Ha no mucho, que el aquí presente escribía textos que otras personas se empeñaban en llamar poemas.
Para mi no eran más que el grito de mi alma, de mi corazón, una llamada de auxilio al mundo, un grito de pasión imposible de expresar, una gotita de mi sangre corriendo por el boli... mis escritos...
Ahora hace mucho que no escribo nada, quizá porque no tengo motivos románticos que me lleven a escribir, quizá porque mis amigos ya no me dan ni motivos buenos ni malos para gritar, quizá porque ya perdí la poca práctica que tuve alguna vez...
Hoy os quiero dejar aquí uno del que me siento muy orgulloso como me quedó, uno del que no me agrada el motivo que me llevo a escribirlo, uno del que me siento feliz por como quedó todo al final.
Y es que, una de las cosas que la vida me ha enseñado, es que los buenos amigos los consigues cuando perdonas a aquel que te hizo daño.
Esta poesía la escribí un sábado por la noche cuando llegué a casa. Venía super cabreado porque un amigo se había liado a una chica que me gustaba, y él lo sabía.
Me cabree muchísimo, en serio, muchísimo. ¿Pero que iba a hacer? ¿pegarme con el por culpa de una chica que llegó un día y se fue otro? ¿dejar mi amistad de una vida con él por culpa de un motivo pasajero?
Al final, el sábado siguiente, cuando salí y lo vi... ¿sabéis lo que hice? invitarle a una cerveza, y por supuesto, recordarle que por una chica no le iba a perder como amigo, pero que tonto no soy, y a la próxima vez le rompía los morros ;)
Actualmente me llevo genial con él, y creo que ambos nos reímos al recordarlo. Somos un pequeño dueto del ligoteo en fin de semana, y aunque las chicas siguen sin hacernos demasiado caso, al menos, no nos pisamos las chicas que nos gustan, y siempre nos reímos de como nos han rechazado (o comido, que también las hay)
Oscar, este fin de semana, es nuestro!!!!
Ahí va mi escrito, el principio está dedicado a todos mis amigos en general, y las 4 últimas estrofas a otros 3 amigos en particular.
A mis amigos
Cara duras de caras blandas
Limpia botas de marqueses
La voz del que no manda
Los sanfermines de todos los meses
Gualtrapas de tres al cuarto
Ladrones de estilos literarios
La vena orta en el infarto
Las reliquias de los relicarios
Obsesos despeinados con peluquín
Obesos con abrigo de plumas en verano
El maltrecho rabo de Rintintín
La manzana caída del manzano
Casanovas de una ciudad sin mujeres
Estrellas en el cielo nublado
Hoy pongamos que hablo de Amberes
Cuando me hablan del pasado.
Historiadores sin historia que contar
Pintores sin lienzos que pintar
Barcos hundidos en piscinas privadas
Ese que le arranco las alas a mi cuento de hadas…
Fotografías delatoras, bombillas sin luz
Altavoces sin música, libros sin tinta
Sueños insoñables, catedrales sin cruz
Huevos sin sales, casetes sin cinta
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Que no me hundo querido compadre
Es el resto del mundo el que creció
Que cuando un verso no me sale
Alguien ya escribió alguna canción
Que no esta tan lejos el olvido
Ni tan cerca la realidad
Que ser como tu siempre he querido
Hermano bastardo de mi bastardad
Que en esta parada de bus ya solo pasan trenes
Y hoy una llamada a tu móvil es lo que me queda
Que aun quedan sueños aparcados en andenes
De tu cielo y mi infierno, de la ciudad que me espera
Que jamás te llame por el nombre querido amigo
Que te hice daño utilizando tu procedencia
Que en el campo deje aparcada la amistad
David, rey aragonés del verso en su hoja cautivo
Jesús, mi pana venezolano que me aguanta con paciencia
Diego, mi hermano de birras secuestrado en la realidad
muy bueno vaya!
ResponderEliminarse nota por encima del peluquin el estino sabinero eh
un saludo!