martes, 12 de julio de 2011

¡Vuelvo!

Siempre fui portero, la soledad de la portería me ha acompañado toda la vida, la incomprensión del portero, los segundos de gloria tras una parada, y los minutos de desesperación tras un gol, los balonazos en la cara como los golpes en la cara que te da la vida, pero aguantando siempre de pie para que a pesar del golpe, la bola no entre.

He tenido, o sido, de 3 equipos en mi vida.

Mi primer equipo, donde empecé, en el Boscos, en el colegio Salesianos Zaragoza, a la tierna edad de los 9 años. En realidad el primer equipo donde jugué se llamo "Bar Daosnis", nuestra equipación era verde y nuestros entrenadores se llamaban Jorge e Iván. Al año siguiente creo que ya fuimos como Boscos, con el equipaje que podéis ver en la imagen, aunque esa foto es posterior.

2 o 3 años después de Jorge e Iván, creo que ya vino el equipo de la imagen que veis, con Blas y Jorge (otro) de entrenadores.

Luego seguimos pasando por más y más entrenadores, hasta que a la llegada al bachiller, el equipo se desarmo. Incluso puede que fuese durante la ESO, no recuerdo. De ahí emigramos al Ciudad de Zaragoza, equipo que nos quedaba al lado de casa, pero que el año anterior habían ganado la liga o luchado por ella. Allí fue donde por primera vez en mi vida, gane a Coras... algo que siempre creí imposible. Y de allí saco a Manuel, uno de los mejores entrenadores que he tenido, el cual, confió en mi para mandarme a la selección de Aragón, aunque por historias que otro día contaré, no jugué nunca con ella.

Debido a varios factores, tras alguna temporada, empecé a jugar con un equipo del club, de categoría superior a la mia, pero que en vez de llamarse Ciudad de Zaragoza, se llamaba Nostra Zaragoza. Ese fue mi segundo equipo, donde me desarrollé como portero, y donde conocí a Pedro, un gran portero y mejor persona que me enseñó muchísimo.

Jugué varias temporadas, pero tras una temporada aciaga en la que tuve que vivir en el banquillo al no tener ficha, decidí salir y tomarme la vida balonmanística con otra filosofía.

Fiché por el Kresala, equipo que se montó con unos cuantos amigos a los que nos gustaba el balonmano, vivir entrenando lo justo, y simplemente jugar los partidos.
Recuerdo que esa temporada empezamos fuertes... pero tras venir en muchos partidos la gente con los cubatas... la temporada se fué yendo a pique.

Tras una temporada, me ofrecieron ir a Agustinos, el tercer club de mi vida. Un club mítico del balonmano aragonés, aunque ahora no estaba en los mejores momentos.
Llegué cuando acababan de ascender de 2ºB a Segunda Nacional, jugué esa temporada, pero no conseguimos mantener la categoría, por lo que volvimos a descender.

Me pasé otras 2 temporadas intentando ascender al club, y otra en el banquillo por una operación que tuve, para terminar con otra temporada más donde por motivos de compromiso, decidí dejar la práctica del balonmano en activo.

Han pasado 2 años sin hacer deporte, con un mono horrible cuando veía a alguien hablar de balonmano, y de nuevo.... aquí estoy.

El 31 de agosto empezaré la pretemporada con Agustinos, con el único y firme objetivo de devolverlo a Segunda Nacional.
Volveré, pero no volveré solo. Diego, aquel niño alto de la primera foto que compartió años de su vida deportiva conmigo, y luego bifurcó su camino a otros equipos, vendrá conmigo también, cambiará su verde por el rojo.

El 31 de Agosto, vuelvo a los terrenos de juego.



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